Una de las escenas más impactantes que he vivido nunca. La incineración es pública en los crematorios a orillas del Ganges. Se coloca el cuerpo sobre las maderas embalsamado pero a cara descubierta. A más dinero más ostentoso. Separan las joyas de las cenizas como si buscaran pepitas de oro y tiran el resto al río sagrado para romper el ciclo de la reencarnación. Aquí hay familias 24 horas al día, los muertos no esperan. Las mujeres no asisten a la cremación, no está permitido llorar en la cremación. Las mujeres embarazadas, los niños, los leprosos, los mordidos por una cobra y los hombres santos no se queman, se tiran directamente al río después de los rituales. La llama no se apaga nunca y lleva cientos de años encendida. Toneladas de madera se amontonan esperando su momento. En el fondo, todo esto es un negocio.
Que experiencia, la verdad que este pais debe ser una pasada para un fotógrafo, ya que la gente, los colores...etc.
ResponderEliminarMe gusta la luz y la naturalidad de la gente....saludos Tony